Es sumamente gratificante poder apoyar y acompañar a nuestros seres queridos cuando requieren nuestra ayuda.
A veces en las familias se presentan situaciones en las que un miembro requiere apoyo de tiempo completo para cubrir sus necesidades básicas y una persona decide asumir o se le asigna el rol de cuidador primario. Cuando eso sucede, la persona lo hace motivado por el cariño y el afecto que le tiene a su familiar, sin embargo no se da cuenta de las modificaciones que más adelante tendrá su estilo de vida.
Es importante conocer que el síndrome del cuidador quemado se presenta cuando una persona asume la responsabilidad del cuidado de un tercero casi en su totalidad y por atenderle deja de lado sus necesidades básicas como son el descanso o alimentarse saludablemente, desgastando también sus relaciones familiares y sociales.
¿Conoces a alguien a quien le esté sucediendo esto o eres tú quien lo vive? Te invitamos a leer y compartir las siguientes recomendaciones.
Pide ayuda: Delega responsabilidades cuando lo consideres necesario, recuerda que no tienes que solucionar todo tu sólo, puedes recibir ayuda de amigos, familiares o personas expertas para satisfacer las necesidades de tu ser querido. Puedes pedir que te cubran durante horarios específicos y dedicar tiempo para ti.
Dedica un día de la semana para ti: Aprovecha este día para salir con amigos, asistir a revisiones médicas, realizar actividades que te permitan descansar y abonar a tu calidad de vida.
Acude a un profesional de la salud mental: Recuerda que reconocer tus emociones te permitirá comprenderlas y vivirlas de manera saludable, aprender a establecer límites, a decir que no y proteger tu autoestima. Comprender que no es posible tener todo bajo control te permitirá lograr ser flexible y encontrar nuevas estrategias de resolución cuando se presenten dificultades, y así disminuir los momentos de tensión que se pueden generar en esta dinámica.
Asesórate con expertos: Para aprender cómo brindar atención de calidad y facilitar tus procesos del día a día acércate a las personas adecuadas. Informarte te permitirá aumentar tus herramientas, posibilidades de apoyo y optimizar tus tiempos. Por ejemplo, si la persona a quien apoyas requiere cierto tipo de movilización, asesórate con un terapeuta físico, o si requiere una dieta especial, recurre a un nutriólogo.
Haz ejercicio: La actividad física, puede ayudarte a disminuir el estrés que las responsabilidades del día a día generan, además de fortalecer tu cuerpo.
Come bien: Si te es posible asiste con un nutriólogo para que te de recomendaciones sobre tu alimentación y así fortalecer tu sistema inmune evitando que te enfermes frecuentemente.
Organiza tu día: Establece horarios o rutinas que faciliten la realización de las actividades y te ayuden a optimizar tus tiempos y energía.
Reconstruye tu proyecto de vida: No significa que abandones tu papel de cuidador, significa que no te abandones a ti, pues en ocasiones al atender a otra persona puedes desviarte de tu plan. Detente y planea tu futuro.
No olvides que tú también eres importante y que tu papel como cuidador es ayudar a que la persona logre dentro de sus posibilidades, mayor independencia, facilitarle los procesos pero no asumirlos como propios. Recuerda que necesitas prestarte atención y cuidarte para poder continuar haciéndolo y así construir una vida #Plena, #Productiva y #Saludable para ambos.
En #IBIPSI nos encantará acompañarte en el proceso.
Psic. Carolina Cruz
Comentários