Hemos analizado ya algunas estrategias para cumplir tu propósito de bajar de peso. En esta ocasión vamos a hablar sobre la importancia de reconocer tus pensamientos y emociones al comer y algunas estrategias para identificarlos.
Sabemos que la alimentación tiene un papel vital en nuestras vidas y que constantemente necesitamos ingerir alimento que nos nutra pero muchas veces nos sentamos a la mesa: molestos, estresados, tristes, con miedo a engordar, y en ocasiones después de muchas horas de ayuno. Todo lo anterior afecta nuestra relación con la comida y nutrición.
Las emociones negativas también son parte de la vida y es válido estar molesto o triste, lo que tenemos que cuidar es que esas emociones no nos obstaculicen el llegar a cumplir nuestros objetivos. Por lo anterior, es fundamental aprender a identificar aquellos pensamientos y emociones que nos pueden afectar, y más importante aún, tomar responsabilidad de ellos.
Nuestros pensamientos y emociones previas y durante la comida tienen mucho que ver con la digestión y la forma en que nuestro cuerpo procesa la comida. ¿Te has dado cuenta que cuando tienes una molestia o preocupación tu digestión se ve afectada? Esto es más común de lo que te imaginas, y lo mejor de todo, es que, así como las emociones negativas tienen consecuencias en nuestro cuerpo, las emociones positivas también, por lo que cuando empezamos a realizar cambios en pensamientos, emociones y modificamos algunos hábitos alimenticios podemos obtener grandes resultados.
Algunas personas suelen comer más cuando su estado de ánimo se ve alterado. Cuando no sabemos identificar y reconocer las emociones negativas podemos intentar sentirnos mejor al comer, y por lo tanto podemos hacerlo en exceso, sin considerar lo que realmente nuestro cuerpo necesita en ese momento. O por el contrario, con tantas preocupaciones, a veces nos olvidamos de comer a la hora que nuestros cuerpo lo requiere. Te invito a leer mi artículo anterior donde te compartí algunas de las razones por las cuales es muy importante comer regularmente.
Es esencial considerar que el cuerpo de cada persona reacciona de forma diferente, y lo que a amigos o familiares les funciono, puede no funcionarte a ti. Por eso se recomienda iniciar un proceso personalizado, enfocado en nuestras experiencias, hábitos, etc.
La forma en la percibimos nuestros cuerpo y autoimagen pueden también tener consecuencias en nuestras emociones, y en ocasiones generar molestia con nuestros cuerpos, lo cual puede afectar nuestra alimentación y digestión, trayendo consigo, justamente lo opuesto, probablemente aumento de peso o lo que también conocemos como rebote.
En el artículo “5 hábitos para mejorar tu autoestima” , la Psic. Yadira Plascencia nos habló de autoestima, y las estrategias con las que podemos empezar a trabajar para cuidar que nuestros pensamientos no nos lleven al autosabotaje.
A continuación menciono algunos puntos importantes a trabajar en este proceso:
● Identificar la emoción que sientes en el momento de ir a la mesa, si es una emoción negativa, tal vez sea conveniente tomar algunos minutos para respirar y neutralizar la emoción, de forma que no te sientes a comer molesto, triste o abrumado.
● Evitar comer frente a la televisión o algún distractor que impide identificar las porciones y alimentos que se consumen.
● Encontrar el valor positivo que tiene la comida en su cuerpo y observa de qué forma se beneficia al consumir cada alimento (energía, placer, etc.)
Me gustaría recordarles que cada proceso es individual y especializado, busquen siempre atenderse con profesionales, que estudiarán su caso a detalle y sabrán que es lo mejor para ustedes.
Próximamente estaré impartiendo el taller “Cuida tu peso y tus emociones” donde abordaremos con más detalle algunos de estos puntos y más estrategias para que puedan tener una mejor relación con la comida y con su peso, y que este 2019 logren concretar su meta de bajar de peso.
Por una vida #Plena, #Productiva y #Saludable
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Psic. Brenda García
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